Miedos volcánicos

Los eventos de los últimos meses relacionados a la erupción del volcancito este en Chile me han demostrado, otra vez, lo involucionados que estamos.
Hay una conducta humana bastante criticable que mezcla varios aspectos de connotación negativa, incluyendo el morbo, la histeria y la falta de visión general.

Cuando sucede algo de índole violento o masivo en la naturaleza, ese tipo de eventos sobre los cuales tenemos poco o nulo control, en nosotros se despiertan automáticamente comportamientos muy parecidos a las actitudes que tomaban las culturas antiguas o tribus aborígenes que relacionaban casi todos los sucesos climáticos/atmosféricos/naturales con las acciones de dioses o seres sumamente más poderosos que ellos: escencialmente sumisión y terror. Esas dos actitudes hoy se desdoblan y amplifican en un abanico de comportamientos varios que tienen su mayor trampolín en la tecnología. Hoy somos más y tenemos más medios para propagar el terror y la sumisión, transformada en una especia de conducta colectiva de encierro y fragilidad. Cuanto más tecnología y confort nos rodea, más frágiles y malacostumbrados nos encontramos ante los embates primitivos de la naturaleza.

Me acuerdo desde chico haber leído y visto predicciones de visionarios (científicos y no tanto) sobre el futuro de la humanidad y en su mayoría trataban sobre seres físicamente más indefensos y frágiles, pero mentalmente más poderosos y hasta con capacidades telepáticas muy desarrolladas. Creo personalmente que le pegaron (o le van a pegar) con la primera parte pero no con la segunda: parecería ser que tendemos a volvernos seres físicamente frágiles, dependientes de una miríada de drogas y medicamentos y muy susceptibles a los cambios permanentes de la biosfera, pero con comportamientos cada más parecidos a animalitos indefensos corriendo ciegamente en masas desesperadas ante un estímulo negativo proveniente de la naturaleza.


La verdad es que debajo de todo este comportamiento parece estar el omnisciente miedo a morir. Y lo que es peor, a morir en medio de un sufrimiento insondable. Cualquier cosa que suceda que esté en contra de nuestras necesidades, instintivas o no, nos provocará este comportamiento. Miedo que, al parecer, sólo nos pertenece a nosotros.

En contraposición a esto, la naturaleza nos da como siempre lecciones de humildad y superioridad ante estos eventos. Como ejemplo bien simple y efectivo, ante la lluvia de cenizas y arena que cae sobre ciudades y aglomerados de gente desde un volcán enojado, vemos hombres, mujeres y niños escondidos y tapiados en sus casas, que salen sólo ante urgencias mayores con barbijos y hasta máscaras de oxígeno (he visto algunas) cuando al lado de ellos gaviotas, palomas, perros y otros animales corren, vuelan y saltan sin ninguna preocupación. Preocupémonos cuando no veamos animales cerca o activos alrededor, ahí si que la cosa debe estar heavy...

Violence

Violencia Física: Primitiva, animal, natural

Es el tipo de violencia más entendible, por venir de los instintos, de los impulsos incontrolables de las hormonas. Es el impulso animal, que compartimos con el resto de los animales del planeta, la que nace de la auto defensa y auto preservación. A pesar de ser igualmente no la mejor y única respuesta ante un estímulo negativo, sigue siendo la más comprensible.

Violencia Intelectual: Pensada, humana, maliciosa

Es la violencia nacida del intelecto. La que fue pergreñada, pensada, estimulada, planeada por la inteligencia y la conciencia. Es la violencia propia del ser humano. Es una violencia no natural, creada desde la capacidad conocida de hacer el mal. Este tipo de violencia es muy difícil de entender ya que puede ser prevenida, evitada y su proceso de generación dura lo suficiente como para poder pensarlo dos veces.


Ninguna violencia es ideal ni prioritaria, pero hay actos de violencia que tienen más asidero a algo lógico y natural que otros. Así como cuando un perro o un animal salvaje ataca a otro o incluso a un ser humano (caso que más me viene a la cabeza, el tiburón, al cual se lo perdona aduciendo confusión con otro animal, períodos prolongados sin alimentarse, autopreservación, etc.) uno tiende a "entenderlo" como que "sigue sus instintos", la misma comprensión debería correr para nosotros. Los seres humanos no escapamos a nuestra condición animal, no podemos, no al menos por ahora.

Tal vez, como auguran algunos gurúes "espiritualmente elevados", el homo sapiens alcance alguna vez la condición de ser evolucionado y deje la violencia como un recuerdo avergonzante de sus comienzos más primitivos.

Hasta entonces.

Mi humilde mirada

Me voy a poner un poco en la piel de opinólogo político, lo cual no es mi especialidad (mi especialidad es delirar), pero voy a hacer el intento. Me obligo a mí mismo a hacer esto ya que mi vida depende en gran medida de adónde va a parar esta maravillosa tierra llamada Argentina y que la veo tan pero tan convulsionada. Y estas elecciones que están sucediendo y que van a suceder en los próximos 3 meses lo ameritan.

- Estoy bastante convencido (y dentro de mi recalcitrante escepticismo eso ya es mucho), de que los problemas de la ciudad de BsAs y del país en general son problemas muy profundos e históricamente enquistados en la realidad argentina y que solucionarlos lleva mucho más que los 4 años que la constitución y las leyes electorales han pactado como norma de tiempo para cualquier candidato que accede al poder.

- Que la “canilla de problemas” que inunda la ciudad de Bs. As. es una canilla abierta a máxima presión y a la que le falta la manija para poder cerrarla. Que cuando uno llega al poder con digamos, 10 problemas, a los 6 meses de gobierno los problemas ya son 18 y los diez primeros todavía no han tenido tiempo de ser solucionados, a lo cual los 8 nuevos problemas le aportan al total un nivel de complejidad más alto, ya que los mismos no son compartimentos estancos sino que están todos interrelacionados. Si a estos problemas le sumamos además una convivencia verbal y anímica caótica y violenta, los 18 problemas se sienten como una “sensación térmica” de que en realidad hay 48.

- Que los procesos de articulación política entre la ciudad, la provincia y la nación para llevar adelante los cambios y las mejoras en forma conjunta es una operación titánica y casi llega a sonar utópica, por lo cual es entendible que haya obstáculos y chicanas puestas para trabar las soluciones que se quieren llevar a cabo…entendible en esta sociedad todavía tan inmadura y pendenciera a pesar de los 200 años de existencia como tal.

- Que el cambio real y profundo necesario para que este país deje de ser un manojo de personas chinchudas, exitistas y ansiosas (sin generalizar eh?) y pase a ser un conjunto de personas tolerantes, pacientes y de mente abierta lleva TIEMPO, y mucho. Pensemos en nuestros propios problemas personales, a cuántos de nosotros nos han llevado largos años resolverlos y algunos todavía siguen ahí sin poder resolverse….qué podemos esperar entonces de resolver los problemas de casi tres millones (y también 40 millones) de personas juntas?

- Que la sabiduría y la madurez que nos han enseñado los grandes personajes de la historia ha sido transmitida a través de mensajes de consenso, paz, Reconocimiento de Errores (por excelencia, actitud dificilísima de asumir), unión, no agresión y hasta a veces en forma de silencios. Incluso y rayando lo banal casi, cuando uno pega mensajes y/o manda por email a conocidos y amigos esos tan infames “archivos powerpoint” llenos de frases, musiquitas y fotos lindas, vemos que estos mensajes hablan justamente de todo eso, pero después de leerlos y a veces reenviarlos con hasta alguna que otra lágrima de emoción, nos transformamos en patoteros, denostadores de las opiniones y creencias ajenas y con mucha prepotencia nos proclamamos participantes de la “única verdad válida”.

- Que los imperios y líderes de la historia que se autoproclamaron únicos poseedores de la verdad, las soluciones ideales y de "tener la papa", logrando así acumular un poder cuasi monopólico, con el tiempo han terminado cayendo estrepitosamente por culpa de sus propios excesos provocados por la “enfermedad de poder” que, evidentemente, nos afecta a todos por igual como seres humanos.

En los discursos y actitudes que he logrado escuchar y ver en estas últimas semanas de cara a las elecciones para jefe de gobierno, legisladores y comuneros, el del Pro, más allá de los errores y faltas (reconocidos y aceptados por ellos mismos como parte de su “aprendizaje” como fuerza política) y de la cuasi inocencia de la cual adolecen, ha sido la única fuerza que apuntó en mayor o menor medida a todo esto antedicho, tratando de evitar en lo posible la confrontación y participación en esta vorágine de agresión y prepotencia a lo que nos tiene ya (mal) acostumbrados este país.
Son una fuerza relativamente nueva en el ejercicio del poder y como tal, dentro del proceso de maduración como ejecutores y legisladores, tienen que pagar como todos en la vida, el “derecho de piso”, por lo cual están recién a medio camino de consolidarse como una nueva oposición a la eterna dualidad radical-peronista. Hay que ser generosos y darles más tiempo (y los resultados de hoy verifican esa voluntad).

Tienen errores y han hecho macanas? Sí, seguro. Les faltan hacer muchas cosas todavía? Sí, por supuesto.

El que pueda decir que no tiene errores y no ha hecho macanas y ya hizo todo y lo hizo todo bien, bueno, lo felicito por ser un…extraterrestre!