8 minutos

Noche fresca y agradable, un pequeño viento que mueve musicalmente los árboles y un cielo lleno de estrellas…de soles en realidad, sólo que son soles lejanos.

Llega la mañana, fresca también, llena de olores naturales, con un vientito que sigue empujándolo todo y el cielo, ahora con una sola estrella (visible), grandota, poderosa, que hace unas horas no estaba ahí y ahora le da energía a todas las máquinas biológicas que existen.

Es como si uno de los puntitos intermitentes del cielo de ayer a la noche se hubiera agigantado acercándose hasta ahí nomás, hasta esa distancia tan exactamente perfecta. La “nada” de luz que daba la noche anterior, ahora es una luz total.



Todas las cosas que hay sobre la Tierra reciben la radiación de esa bola de gas fundiéndose a temperaturas y presiones extremas. Radiación; sí, de esa que todos se asustan cuando hablamos de reactores nucleares fallidos. Un abanico de radiaciones que te mutan el adn y te calcinan.
Sin embargo existe un equilibrio tan perfecto pero a la vez tan frágil que la radiación que te muta el adn es filtrada en su mayor parte y la radiación que te quema es atemperada para hacerte sentirte cómodo un día cualquiera de verano. Como si hubieran dicho: “bueno, encontré esta manera genial de generar energía en cantidades ingentes, aunque en realidad tiene efectos secundarios nefastos, sí, pero los solucioné con una serie de barreras que los disminuyen, así que está todo bien! LOL - :)”.

Damos por sentado, mientras pasan nuestras vidas en cada uno de estos ciclos de luz/oscuridad que nos marcan el tiempo, que ese equilibrio es eterno e inmutable; pasa desapercibido como un ruido cualquiera que por su constancia nuestros sentidos terminan por descartarlo como input sensorial y finalmente lo silencian.
Todas nuestras miserias, peleas, aspiraciones, amores y éxitos transcurren bajo una amenaza apocalíptica silenciosa y constante que está esperando agazapada detrás de un “escudo de fuerza” invisible de gases varios y energía electromagnética, y que gracias a él nos muestra una cara amigable y bondadosa de esa estrella, cuando la realidad es que es un monstruo destructor e irracional.

Una estrella-sol, una máquina de generar radiaciones, que puede cualquier día de estos fallar o tener un problema serio y así sin aviso, obliterar todo rastro de vida, especialmente en esta tercer bola elíptica de rocas y agua que flota alrededor de ella…a sólo 8 minutos de alcance de su tremendo poder.


Skeptic

“El escepticismo es la castidad del intelecto, y es vergonzoso darlo de baja demasiado pronto o ante la primera chance: hay nobleza en preservarlo frío y orgulloso durante la larga juventud hasta que al final, en la maduración del instinto y la discreción, pueda ser cambiado en forma segura por la fidelidad y la felicidad”

Me obligo a contar la cantidad de veces que hay que detenerse en esta frase para poder absorber la profundidad de lo que se está diciendo:

- Castidad del intelecto
- Nobleza en preservarlo frío y orgulloso
- Larga juventud
- Maduración del instinto y la discreción
- Fidelidad y felicidad

Cada uno de estos clímaxes semánticos piden detenimiento e introspección para poder entender la necesidad del escepticismo en nuestras vidas llenas de ruidos y sobrecarga de información. Acá se habla de sabiduría, de la calma y la paciencia; de la voluntad y la pasión. No hay fanatismos, absolutos, superficialidad ni obsecuencia.

A mí me gusta vivir así. La paz existencial ya llegará :)

Infarto

Levantarse a la mañana, como cualquier otra mañana de "día hábil" ya que los otros días parecería ser que no son días pensados para hacer nada útil:

- con ojos lagañosos y pesados
- fiaca generalizada por culpa de una cama calentita e imantada
- pegarse un baño
- lavarse los dientes
- acomodarse el (poco) pelo así como venga
- salir trastabillando hacia el lugar donde uno trabaja

para encontrarse con unas montañas maravillosamente nevadas en medio de Marzo???

Ah nooooooooooooooooooo.............así no vale Neichur! No vale agarrarme desprevenido...me vas a dar un infarto masivo de felicidad!