Análisis pormenorizado de una oración religiosa




Oración elegida: "Padre Nuestro"
Religión practicante: Cristianismo-Catolicismo


Padre nuestro que estás en el cielo

El cielo? Qué cielo? El cielo no es un lugar, es el Universo entero que rodea por todos lados a nuestro planetita. Por lo tanto tendría que ser “Padre nuestro…que estás en todas partes…”

Santificado sea tu nombre

Qué nombre? Dios? Jehova? Yahve? Padre? El nombre que le ponga cada uno? Y además, es necesario santificar la denominación personal del santo supremo que le da sentido a la santificación misma?

Venga a nosotros tu reino

No gracias, no tengo ganas de que se me venga encima todo un reino. Que se quede donde esté, yo voy si quieren. Salvo de que estén hablando de que sus enseñanzas y bondades (el reino) nos inunden la vida (venga a nosotros). Entonces digan “inúndanos la vida de tus enseñanzas y bondades”. No queda mucho más lindo?

Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo

Más allá de que la voluntad de un ser invisible, inoloro, inodoro, insípido e improbable que tiene la capacidad de crear y destruir todo lo que existe seguramente se va a cumplir igual queramos o no, si dicha voluntad incluye el permitir los horrores e injusticias que se suceden a diario en este planeta (que sepamos al menos), preferiría que no se hiciese su voluntad, gracias.

Danos hoy nuestro pan de cada día

El pan nuestro de cada día lamentablemente nos los da el supermercado o la panadería de acá a la vuelta, previa entrega de unos simpáticos papelitos de colores por los cuales suceden y son causa muchas de las atrocidades que la voluntad de este señor permite…y así.

Y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Tal vez la frase con más sentido de toda la oración, si hay alguien tan superior y tan al tanto de nuestras vidas, sí, me gustaría que hiciese de juez y pudiera equilibrar la balanza y sacarme del Veraz kármico.

No nos dejes caer en la tentación

Bueno….algunas veces, este…sí, dejanos caer por favor.

Y líbranos de todo mal

Mmm…complejo final para una oración llena de simbologías confusas. Si nos libra de todo mal, aprendemos algo? Digo, si todo es bueno y perfecto, tendría la vida sentido?


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En fin, que oración mal hecha por favor. Con razón muchos católicos están tan confundidos y buscando piedras o manos mágicas y curativas, extraterrestres conservadores pero salvadores sobrevolando cerros cordobeses esperando que nos hagamos papilla para recién ahí actuar, records de vibratones que nos eleven el espíritu a planos superiores y demases. Yo que todos esos señores vestiditos en carísimos y opulentos ropajes que viven, comen, se rascan y duermen en el riquísimo y opulento Vaticano reescribiría el Padre Nuestro para hacerlo un poco más mundano, real y aggiornado a estos convulsos tiempos. Propongo algo así:

“Padre nuestro que estás en todas partes,
Inúndanos la vida con tus enseñanzas y bondades
Que suceda lo que tenga que suceder, yo seré igual feliz
Que tus planes incluyan el que yo tenga plata para comer
Y perdona mis macanas como también perdono al que las comete conmigo
Déjanos caer en la tentación cuando me pinta un helado o disfrutar de una curvilínea mujer
Y haz que me vengan más de arena que de cal, plis.”

Se escuchan ofertas.

La Navaja de Occam


"Principio de Occam: dadas dos explicaciones plausibles de una misma situación, las más simple tiende a ser siempre la correcta"


Problema a resolver: la explicación a nuestra existencia. El Cómo, Porqué y Para qué.

Explicaciones hasta ahora disponibles:

A-Religiones Mainstream (Cristianismo, Judaísmo, Islamismo, Hinduísmo, Budismo)
B-Pseudo-religiones o sectas (Cientología, New Age, etc.)
C-Algunas ramas de la Ciencia (Biología Evolutiva, Diseño Inteligente, Creacionismo)
D-Misticismo (cosmovisiones de tribus indígenas)

A. Un dios o dioses creadores de todo, inmortales, omnipotentes, omnipresentes, con un paquete de reglas/enseñanzas a seguir y con desenlaces variados; desde una muerte y punto, a un combo de muerte + resurrección al final de los tiempos (¿?), hasta una reencarnación infinita (si la Tierra dura tanto).

B. Una mezcla muy creativa de ideas y dogmas derivados de las grandes religiones y algunos conceptos científicos, varios de ellos llevados al extremo y con agregados muy personales. Obviamente generadas a partir de los huecos existentes en las religiones mainstream.

C. También nacida de las incongruencias y lagunas dejadas por las grande religiones, sumado al insaciable intelecto humano hambriento por conocimientos y descubrimientos, éstas ramas de la ciencia luchan entre sí, como en un buen debate científico, por la "última respuesta". En realidad, el Diseño Inteligente y el Creacionismo nacieron en respuesta amalgamadora y contrapuesta, respectivamente, a la frialdad de la Biología Evolutiva.

D. Casi en desuso, fueron creadas desde la ignorancia científica (si?) y la explicación sin bases y conocimiento de los fenómenos naturales que sucedían alrededor. Mucha simbología y magia.



De los 7 mil millones y pico de seres humanos hoy existentes en esta hermosa pelotita azul y blanca y verde y marrón, la mezcla de todas estas cosmovisiones es enorme e inmedible. Junto a la baja (y no tanto) de la influencia de las Grandes Bestias Religiosas, crecen las otras tratando de tapar huecos y, al mismo tiempo, se mezcla todo creando una gran confusión y poniendo semillas en tierras muy fértiles para el nacimiento casi viral de nuevas y cada vez más imaginativas cosmovisiones.

Casi por descarte, se puede afirmar que debe haber una sola respuesta/realidad a todo este lío. Si partimos de la base de que nuestra vida/existencia es la misma para todos, léase: todos necesitamos comer, dormir y soñar; vemos los mismo colores (salvo determinados casos influenciados por ciertos componentes químicos que entran en el torrente sanguíneo), sentimos casi los mismos miedos, tenemos casi las mismas respuestas fisiológicas a los estímulos y vivimos todos apretaditos sobre la misma superficie de tierra compuesta de los mismos materiales y moléculas.
O sea, si todos somos virtualmente iguales y vivimos la misma realidad, porqué hay tanta variedad de "verdades" sobre lo que no sabemos/vemos/experimentamos? Por transitividad, si hay una sola realidad, debería haber una sola verdad sobre lo que nos espera o mira desde fuera de nuestra burbujita.

No?

Dentro de esta mezcolanza de verdades existenciales, las causas/dudas que dieron lugar a toda esta confusión siguen ahí, sólo que ahora tenemos demasiadas respuestas posibles. Fuimos complejizando las respuestas hasta un nivel tan grande que si hoy tuviésemos que hacer un solo cartel con las preguntas y sus respectivas respuestas para colgar en algún punto de la ciudad para que veamos todos, ese cartel mediría varios cientos de metros de largo...y ancho.

Definir el Porqué, Para qué, Cómo y Cuándo (casi puestas en orden de importancia), es hoy una tarea titánica en base a toda la info que tenemos...cuando en realidad tendría que ser muy muy simple.

No?

Algunas veces se puede escuchar por ahí la pauta "que cada uno busque/use la respuesta que más le cuadre para su vida". Craso error a mi criterio. Es así como se genera y retroalimenta esta bola de confusión. Así, podríamos llegar a tener una explicación de la realidad por cada homo sapiens sapiens vivito y coleando. De la misma manera, busquemos entonces nuestra propia noción (y validez) de la gravedad, la materia, los colores (insisto, bajo la influencia de ciertos compuestos químicos naturales se podrían llegar a crear colores ad-hoc) y demás aspectos de la realidad con los cuales todos estamos (casi) de acuerdo.

En fin, todo está en manos de las pruebas. Las cosas en las que todos estamos de acuerdo, son así porque las podemos experimentar y probar sin mucha dificultad.

Las cuestiones existenciales, temáticas casi sin experimentación real ni pruebas empíricas, permiten toda esta diversidad.

Mi propuesta? Volvamos a cero. Borremos todo y empecemos de nuevo. No nos quedemos sentados arriba de una "propuesta" de cosmovisión. Dudemos. Dudemos de todo. Sólo con la duda vamos a poder encontrar, algún día, la verdad. La "única" verdad.

Para ello debemos primero que nada parar. Así como en una sala donde todos debaten hablando y discutiendo al mismo tiempo creando una cacofonía insoportable e inconducente hasta que alguien decide gritar "basta", así debemos frenar toda esta locura.

En realidad, el freno lo deberíamos aplicar a todo y no solamente a estas cuestiones existenciales.

Digo, hemos creado como humanidad una bola imparable de cuestiones económicas, humanitarias, tecnológicas, sociales y científicas que casi con absoluta certeza han pasado el "punto sin retorno" y que sólo podría ser detenida a través de alguna catástrofe global que apriete el "botón de reseteo".....donde quiera que ese botón este (alguien sabe???)

Ya lo había antedicho en un post anterior....estamos atolondrados, pisándonos nuestros propios talones como una multitud enardecida entrando a un estadio para conseguir la mejor ubicación para ver a nuestro artista o equipo favorito.

Paremos. La respuesta está acá nomás, delante de nuestras narices. Sólo falta calma y claridad para poder verla.

El Fin de la Inocencia

Una simple bombita de luz quemada inició todo.

Cuando era chico, mi mamá guardaba (y creo que todavía lo hace) diversos artefactos que, a su criterio, eran el resultado de la intervención divina en su vida. Había velas derretidas con la forma de alas de ángel, estampitas de algún santo que había “actuado” en el momento justo y un par de bombitas de luz quemadas a las cuales se le habían grabado en su transparente superficie la letra “M”, una m de una caligrafía bastante rebuscada y con fuertes connotaciones y estilo cristianas. Ella decía que era la M de María y que era una señal de que la virgen estaba con ella (o con nosotros) en justo el momento que más lo necesitaba.

Mi mente, lamentablemente forjada dentro de los parámetros de la ciencia, siempre fue muy reticente a creer que eso era intervención divina y lo atribuía a la disposición bastante especial (y bastante parecida a una M) del filamento de tungsteno de la lamparita. Si por alguna razón la lamparita recibía una fuerte descarga de corriente o tensión, el filamento no lo soportaba y explotaba y cortaba, haciendo reacción con el gas dentro de la bombita y dejando una marca de M deformada impresa sobre la cavidad cóncava de la misma. Y dentro de la cavidad (semivacía!!) de mi cráneo, el principio de Occam resonaba fuertemente.

Esa fue una de las primeras situaciones en mi vida donde iban a colisionar violentamente la ciencia y la fe.

Ayer, después de casi aproximadamente 30 años de esas bombitas místicas y en una cabaña en medio de un bosque, la cosa esta vez me sucedió a mi. Esta vez, la M era menos perceptible que en las lamparitas de mi mamá, pero se veía bien.

La llegada de esta nueva bombita mística a mi vida no podía ser en mejor momento. Semi aislado del mundo civilizado, en busca de una paz interior perdida y muy atento al silencio del lugar y a todo lo que tiene para decir, se juntaron muchas cosas:

  • Una renovada y alimentada visión sobre el origen, evolución y destino de la raza humana,
  • Un acomodamiento en “algún-casillero-por-favor” del conflicto cuasi eterno de una fe puesta a prueba más de una vez,
  • El aquietamiento de las turbulentas y poderosas aguas de mis emociones y
  • El descubrimiento casual de una onda de radio que funcionaría como nexo y canal de comunicación entre nosotros y…ay, bueno, digámosle dios si quieren. Igual volveré sobre este tema más adelante.

A ver, empecemos por algo: la Parafernalia de las religiones (estampitas e iconografía en general, velas, templos, costumbres dogmatizadas, etc.) o todo pero absolutamente todo lo que rodea al “mensaje” que quieren transmitir, debe desaparecer. Filtrar hasta que quede sólo el mensaje, las palabras, las letras, desprendidas de todo lo demás. “Ámense”, “amen al prójimo”, “entregarse”, “honrar y cuidar toda la creación” y un puñado más es realmente todo lo que necesitamos para vivir y evolucionar en armonía.
Seguramente los así llamados profetas que instituyeron e hicieron masivos estos mensajes tenían en sus cabezas sólo el mensaje y no todo lo que se le agregó después, totalmente superfluo, innecesario y hasta perjudicial y a veces en contraposición con el mensaje en sí. Sólo separando la fe en estas máximas de vida de la (misteriosa) necesidad de explicación al propósito de la vida y la razón de nuestra existencia es que las religiones van a poder subsistir en el tiempo. La Humanidad y su futuro en el cosmos, agradecida.


Utopía

Esa es la primera palabra que sale automática después de pensar en la aplicación real de la idea anterior. Casi 8.000 años de historia de religiones sumada al exponencial crecimiento poblacional, ha vuelto casi imposible una vida sin ellas. Pero justamente el problema radica ahí mismo, en su antigüedad.
La mayoría, sino todos, los grandes libros de donde salen las enseñanzas y mensajes de estas religiones son fuentes de información escritas en épocas muy remotas donde abundaban los simbolismos y los misterios y la magia. La Torah, el Corán, la Biblia y otros son libros viejísimos y que no han sido casi actualizados con el fluir de las épocas. Los feligreses de hoy siguen leyendo las mismas palabras e ideas que contienen estos mensajes, escritos por gente que no tenía los conocimientos del cosmos y la explicación a la realidad que tenemos hoy en día. Es como si uno hoy tomara un libro escrito por Ptolomeo y pensase (y para peor, se convenciese) que la Tierra es en realidad el centro del universo y envolviera y signara su vida alrededor de esta idea.
Bueno, personalmente creo que sólo un acontecimiento catastrófico global podría sentar las bases necesarias para poder reescribir la historia religiosa dentro de esta corriente de pensamiento. La película “The Book of Eli” muestra gráficamente y en bastante consonancia, esta idea.


Uniendo conceptos

El destripado de la parafernalia religiosa del Mensaje es la clave del significado de la fe: tengo fe en que el Mensaje es real, válido y aplicable y no tengo fe (o no creo) en las costumbres, dogmas, límites e instituciones religiosas. No veo ni estimo necesario de que para que la gente aplique y viva de acuerdo a lo que el Mensaje postula, las religiones deban usar a la Parafernalia. El mensaje es claro y poderoso por sí mismo; quien necesite de la Parafernalia para hacerlo parte de uno mismo realmente no tiene tanta fe en el mensaje como necesidad de algo que lo contenga dentro de su desesperación (o no tanto) en encontrarle un sentido a la vida.

He ahí donde entramos en el concepto de la visión del origen, destino y evolución de la Humanidad.
Años de irme despojando, principalmente en mi mente, de la Parafernalia y filtrando el Mensaje y la Pregunta que toda religión pone en nuestras vidas, me han llevado por caminos sinuosos, jodidos, solitarios y muy turbulentos de búsqueda interna de la Verdad.
La capacidad adquirida de desprenderse, de “dejar ir”, no sólo aplica a sentimientos, personas o bienes materiales, también aplica a ideas y paradigmas de vida. Al abandonar un paradigma que nos contuvo mucho tiempo y le dio significado a nuestra vida por otro, nos encontramos frente a un momento de zozobra y vacuidad por momentos desesperante. Ni que hablar si uno no tiene el reemplazo a mano…si uno abandona un paradigma que tiene por una “Gran Duda A Resolver”, la cosa se pone realmente seria.

El abandono es generalmente progresivo, uno no lo hace de un día para el otro; es más, uno vuelve desesperadamente cada tanto a abrazarlo, en especial en esos momentos donde el vacío del descubrimiento y la búsqueda se hace demasiado insoportable. Luego, porque uno ya tiene la llamita de la duda y las ansias de descubrimiento ardiendo dentro, nos volvemos a desprender del viejo paradigma debido a que su estructura ahora nos parece anticuada, dudosa y hasta primitiva e infantil, y así vamos, de un lado para el otro, pero lenta e irreversiblemente en dirección opuesta.
Las responsabilidades de la vida diaria, el trabajo, los hijos, los compromisos sociales, etc., nos quitan ganas, tiempo y espacio mental para afrontar semejante desafío; el abandonar un paradigma por otro nuevo o por otro a descubrir nos lleva mucho trabajo y tiempo (también depende de cuan arraigado hayamos tenido el anterior). Por lo tanto, la mayoría nos rendimos a medio camino y optamos por la resignada opción del “OK…lo-que-creía-ya-no-me-lo-creo-tanto-pero-voy-a-quedarme-acá-en-el-medio-entre-lo-viejo-y-lo-nuevo-porque-no-tengo-tiempo-ni-posibilidad-de-embarcarme-en-semejante-odisea”. Se termina optando por lo “malo conocido”.

Pero si uno sí se embarca, tiene la chance de dar vuelta su vida abandonando parte de lo que mamó de chico, despojándose del “ruido de fondo” inculcado consciente o inconscientemente por los padres y adoptando un paradigma propio.


La Onda Portadora (acá es donde patino fiero...)

Funciona en alguna frecuencia de radio que desconocemos. Baja información (órdenes, acciones y principalmente ideas) y sube información (resultados, errores, estado general de la persona). Es el nexo y canal de comunicación absoluto que tiene cada humano con… C o n.

En la muerte del individuo dueño de esa frecuencia, por ese mismo canal sube su esencia (forma de ser, experiencias de vida, recuerdos) hacia el Gran Repositorio (“monolito 1-4-9”*, Dios, etc.). A veces, la influencia de los muertos en los vivos puede funcionar como la esencia de ese muerto metiéndose en la onda portadora de los vivos, influenciándolos de alguna manera.
La clave del movimiento de la esencia de cada uno dentro de estas “frecuencias prestadas” está en la habilidad adquirida en esta vida o en otras (este modelo de realidad aceptaría la reencarnación como posibilidad). Se reencarna solo el que adquirió la habilidad de dominar y manejar esa frecuencia a su antojo. O lo hace el que recibe la “autorización” de ese ente ALGUIEN-ALGO, de acuerdo a criterios sólo conocidos por ellos.
*De “2001- Odisea del Espacio” Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick, ©1968

La esencia es algo bruto (algún tipo de energía) que adquiere sentido y “cuerpo” cuando es alimentada por las experiencias y vida del individuo al cual pertenece durante su estancia en la Tierra.



(continuará... ver Der Geist)