Epifanía

.
He tenido una epifanía.

En dicha visión nada era absoluto. No había colores definidos, no había formas definidas, sí aproximaciones a cosas conocidas, pero nada claro. No había gravedad o sí la había pero no era suficiente para mantener a esas formas indefinidas y erráticas fijas al suelo, el cual tampoco era claro. No había tiempo, ni aire, ni ruidos, ni olores.

Yo estaba parado en medio de todo, todo me circundaba, me envolvía, me asfixiaba. No podía moverme, nada respondía a las órdenes que salían dentro de mí. Sólo tenía un muy limitado acceso a ver. Veía todo en partículas, muy pequeñas, infinitesimales, que en conjunto producían la sensación de algo, muy variable y dinámico, en constante cambio.

Quería, pero no podía, definirme, ver por fin qué era todo esto que me rodeaba, calmar mis ansias, pisar firme...quitarme de encima de una maldita vez esta realidad difusa que me pesaba, como si el peso sólo se ejerciera en mí y no en el resto de las cosas.

...y sólo tuve que enfocar.
.
.